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martes, 28 de diciembre de 2010

Salobreña

Sendero Circular: Salobreña 27 diciembre 2010
Distancia recorrido: 10,8 Km.
Tiempo empleado en el recorrido: 3 horas 40 minutos.

Participantes: 13
Juan R; Angelita Ro; Manolo G; Angeles Es; Paco Ga; Luis Ca; Maria Antonia; Antonio N; Conchi Ca; Angel Rod; Aurelia; Pepe R; Pepe Al.

Foto: Pepe Rubia

 
Hola a todos, esta mañana anduve   con el grupo las "Tortugas Alegres Internacionales", por primera vez  me acompañó mi señora, y la cosa  más o menos fue así.
A las  nueve horas con puntualidad, salíamos del punto de encuentro hacia la vecina  Villa de Salobreña;  los vehículos se quedaron  en la entrada de la localidad sin llegar a pisar la misma junto la carretera N-340.  Una vez preparados en un día estupendo pero con un poco de fresco que  hizo que algunos componentes del  grupo se colocaran tal cantidad de ropa equivalente a   pasar el polo norte en el mes de enero.Tomado el camino hacia Molvizar a los pocos metros el primer desvió hacia el oeste  para llegar al pico del Hacho, lugar que dicen los historiadores que por allí anduvieron unos  que se denominaban los fenicios; ahora tras la evolución  humana, lo que por allí hay   son más cortijos que piedras. No obstante algunos componentes del  grupo muy curiosos anduvieron a ver si encontraban algo interesante, unos subieron a  los restos de  una vieja calera de la cual como era de esperar hubo quien bajó arrastrando. Otros encontraron unos huesos que trataban de ubicar en la historia y que tras derivaciones concluíamos que solo servían para hacer cardo. Finalizado esta etapa, bajemos del Hacho y continuemos buscando la carretera del canal, donde a pesar de que algún elemento subversivo quería que nos  fuéramos hacia el  nor-oeste, la totalidad del grupo tomo sur-oeste para volver unos centenares de metros mas adelante a volver a desviarse por el camino del cementerio. Una vez en este lugar donde nadie se quiso hacer una foto, giremos de nuevo hacia el norte  hacia los matagallares donde por ahí anduvieron  otros que se llamaban  romanos, volvimos hacia el oeste por el camino del canal no fuera que aún quedara algún romano. Bonito camino entre  pinos carrascos y piñoneros  a lo que se agregan  cipreses de Arizona y  muchos subtropicales, por allí  se observó que los pinos cada vez son menos porque  sin saber el porqué los están talando siguiendo  la última moda  de  hacer uso masivo de las moto sierras para dar trabajo al personal, "aunque tal vez, ese no sea el motivo". Algunos vieron una de las tantas ardillas que hay por la zona. Finalizado el canal, y llegado a la urbanización del monte de los almendros por la zona baja, bajemos aún  más y  pasemos la carretera N-340. Tras el paso de la vía nos pusimos a bajar por las calles de la caleta, muy limpias y bien asfaltadas, pasemos por la casa de la cultura donde no entremos y nos fuimos hacia el mar. Una vez en la caleta lleguemos dejando la que fue la última fábrica azucarera de caña de azúcar de Europa. Nos dirigimos  hacia la  cala del caletón  para volver por el mismo camino e ir hacia la playa de la Guardia pasando por la senda existente junto las rocas, dirección este. Ya al finalizar la ruta por las piedras pasemos un pequeño puente de madera y mientras una gaviota se comía un pescado porque no había manera de quitárselo, si hubiera existido posibilidad alguno se lo hubiera comido, ya íbamos camino de las doce de la mañana y había no-hambre pero si ganas de comer. Tomemos las calles de la guardia, y alguien insistió en volver por los caminos de la vega cosa que hicimos y que tubo su gracia, porque los mencionados caminos tras las lluvias y  temporales  estaban llenos de agua y barro, y no sé sabia que era mejor, mojarse o ponerse hecho un asco; al final unos optaron lo primero otros lo segundo, otros se subieron por lo alto de los muros y otros por medio del campo, y todo eso sin quejarse nadie, en parte porque el que nos había metido en ese berenjena era un tío muy fuertote y pega unos guantazos que son la leche. Como no hubo bastante con el recorrido, nos fuimos hacia el peñón de salobreña para volver  por  el paseo marítimo y  paseo de acceso a la playa, mientras los gorriones comían  en la hierba de los jardines y  los  perros hacían más perros. Ya por el interior de la Villa de Salobreña buscando las calles sin tráfico a alguno le iba dando las ganas de cerveza y así entremos en un bar donde los que no conducían bebieron  la citada bebida, otros vino y los que conducíamos anduvimos con las  sin alcohol  aunque lo bueno es que las tapas eran  para todos; aunque un decir; porque dos componentes del grupo se quedaron en la puerta, cosa que  no lleguemos muchos a entender hasta que vimos las grandes ristras de ajos en el interior de bar, y supusimos  qué estos amigos eran vampiros. Tras finalizar el tentempié fuimos mas alegres que unas pascuas hacia los coches; proponiendo cosas para  la semana que viene, cosa muy complicada, porque la  filosofía del grupo es no subir cuestas, no andar por terrenos inestables, y que al final exista un bar con buenas tapas y precios; algunos proponen buscar  primero el bar y luego hacer un sendero  circular alrededor del mismo; " se admiten ideas", chaos.
Pepe Rubia.
Fotos varias del sendero

Foto: Pepe Rubia
Foto: Pepe Rubia
Foto: Pepe Rubia
Foto: Pepe Rubia
Foto: Pepe Rubia
Foto: Pepe Rubia
Foto: Pepe Rubia
Foto: Pepe Rubia
Foto: Pepe Rubia
Foto: Pepe Rubia
Foto: Pepe Rubia
 Foto: Pepe Rubia
 Foto: Pepe Rubia
 Foto: Pepe Rubia
 Foto: Pepe Rubia
Foto: Pepe Rubia

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